Actualmente la importancia económica del diseño y su empleo como herramienta estatégica y de comunicación han consolidado el valor de la gestión del diseño, que ha pasado a ocupar un lugar primordial en las agendas corporativas. Por otro lado, el diseño respalda cada vez más el desarrollo de iniciativas y procesos de tipo social, ecológico, tecnológico y cultural.





El diseño está intrínsecamente ligado al modo en que interaccionan entre sí la sociedad, el entorno y el mundo empresarial, lo que implica que las empresas actualmente tienen una visión más amplia y organizada de del diseño.


En el seno de una empresa, el diseño influye de modos muy distintos en la dirección. por un lado, el diseño puede ser una herramienta activa en el ámbito estratégico, táctico y operativo de una empresa que permita establecer objetivos a largo plazo y facilite el proceso diario de toma de decisiones. Por otro lado el diseño constituye una función, un recurso y una forma de pensar dentro de la empresa, que desempeña un papel activo dentro de los procesos de desarrollo y sobre todo en la implementación de proyectos, sistemas y servicios así como en la determinación del modo en el que la empresa conecta con sis clientes y accionistas.


En el mundo de hoy podemos observar un cambio en la economía industria a la economía del conocimiento, de los procesos basados en la producción a los procesos basados en la información, y de los acuerdos. Desde el punto de vista del diseño se puede observa un cambio donde el diseño ha pasado de ser un mero componente estético a ser un camino de mejoramiento de espacios, procesos y productos. En la actualidad el diseño se centra en mejorar las experiencias y el servicio hacia las personas. como consecuencia de ese cambio es de esperar que también cambie la forma en que es gestionado el diseño.


Dentro de una organización, la gestión del diseño está presente en las comunicaciones de marca, en el diseño de productos y servicios o en ambos, en los edificios y espacios de trabajo, en los puntos de venta , en las interfaces digitales, mientras que fuera de la organización el diseño debe responder a la creciente presión existente para el cumplimiento de legislaciones y normativas, así como el cambio de gestión entorno a los recursos globales y locales.