Los modelos realizados por el IRP revelan que tales instrumentos de política económica, incluyendo un uso eficiente de los recursos, permitirían que la prosperidad mundial siguiera creciendo y que se alcanzaran los objetivos de acción climática a nivel mundial. Sin embargo, la transición a una economía circular no se logrará por sí sola. Entre los obstáculos principales se encuentran el aumento de los costos del reciclado de alta calidad en comparación con otras opciones de eliminación, como la incineración de residuos o el downcycling, la reducción de los precios de materias primas y la demanda, hasta ahora insuficiente, de productos de reciclado. Por lo tanto, la implementación de una economía circular requiere un marco normativo claro e incentivos económicos. Desvincular la creación de valor del uso de materiales recién extraídos en gran escala necesitará medidas que mejoren la calidad de los productos de reciclado y aborden más eficazmente la cuestión de la evitación de desechos. Lo que también es esencial para el éxito de la economía circular es que todos los interesados en el ciclo de creación de valor asuman su responsabilidad y cooperen entre sí, desde el diseñador y el fabricante del producto, pasando por los distribuidores y los consumidores, hasta las empresas de reciclaje.